la dimensión del “tiempo real” atrapa al público frente a la pequeña pantalla, solos, en sus casas, esperando, porque saben que puede suceder cualquier cosa, como en la vida misma
el hombre occidental ha conside-
rado el tiempo presente inferior al pasado y al futuro;
su ética siempre exige
la consecución de un fin;
el presente no existe en sí mismo sino como esca-
el presente no existe en sí mismo sino como esca-
a destiempo